miércoles, 12 de abril de 2006

De pie bajo la cruz


Si, la Virgen estaba allí, junto a su Hijo Jesús, de pie bajo su cruz, con todo el dolor de verlo sufrir y padecer.
De pie escuchó su perdón a aquellos que lo crucificaron y lo insultaban.
De pie oyó su perdón al buen ladrón y la oración sufrida, doliente pero valerosa de Jesús, entregrándose por entero por nosotros a su Padre.
De pie escucho su último testamento y el grito de entrega.
Pidamos a la Virgen María que como ella, seamos fiel hasta el fin, estemos de pie en la cruz de Cristo, que nos haga valientes en nuestra propia cruz, para que el Domingo de nuestras vidas, tal como su Hijo, resucitemos a una vida plena y vigorosa.

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